La Fibrilación Auricular (FA) puede tener distintas causas. A veces puede aparecer sin motivo aparente, pero otras veces sí hay un claro desencadenante.
La causa más frecuente de FA es la hipertensión arterial. La FA y la HTA forman un tándem muy frecuente en la clínica diaria. Por este motivo es importante controlar nuestra salud cardiovascular y tener unos niveles de tensión dentro de la normalidad.
Por otro lado, encontramos diferentes enfermedades cardiovasculares relacionadas con defectos estructurales que también puede provocar fibrilación auricular. Una causa frecuente de la FA son los problemas en las válvulas del corazón. Los dos tipos de trastornos de las válvulas —la insuficiencia valvular cardíaca y la estenosis valvular cardíaca— pueden provocar el agrandamiento del miocardio, lo que, a su vez, puede causar FA. La probabilidad de padecer una FA permanente es mayor si presentamos una valvulopatía.
Además, muchas enfermedades que, aparentemente, no están relacionadas, pueden provocar arritmias cardíacas. Cuando se descubre que la causa de la FA que presentamos proviene de otra patología es lo que conocemos como «FA secundaria». Las causas secundarias pueden incluir desde un infarto al corazón, hasta la apnea del sueño y el alcoholismo. Incluso en algunos casos la fibrilación auricular puede ser resultado de alteraciones del tiroides o de otras enfermedades hormonales.
Cuando no se puede averiguar cuál es la causa de la FA, se denomina «FA aislada». Esto podría significar que, en realidad, se trata de una FA secundaria, cuyo origen no se ha tratado o también se podría producir de forma aislada independientemente de cualquier otro tipo de problema de salud.
Conforme avanza la investigación de la FA, se van descubriendo más causas no tratadas y se registran menos diagnósticos de FA aislada. La FA aislada puede ser muy difícil de tratar. La mayoría de los casos la FA se empezará a tratar con tratamiento farmacológico, y poco a poco se irá avanzando hacia métodos más invasivos para controlar la irregularidad del ritmo cardíaco.
Durante las intervenciones quirúrgicas pueden suceder muchas cosas que desencadenan el latido irregular del corazón. Determinados factores pueden tener un papel importante en la aparición de una FA postoperatoria, entre los cuales figuran los cambios hidroelectrolíticos, una EPOC preexistente, la edad y el sexo. Por esto, a nivel clínico existen nuevos protocolos clínicos para una mejor prevención y tratamiento de este tipo de FA.
En definitiva, cuanto mejor comprendamos la FA mejor podremos controlarla. La FA es una enfermedad progresiva: la FA paroxística podría convertirse fácilmente en una FA persistente o, con el paso de los años, en una de tipo permanente. Lo fundamental es tenerla controlada lo antes posible para mejorar nuestro pronóstico, hacer todo lo necesario para observar detenidamente sus síntomas y establecer una comunicación fluida con su médico.
Obtenga más información sobre cómo adoptar una dieta más saludable para su corazón, controlar la presión arterial y hacer ejercicio en caso de experimentar arritmias.
Fuentes:
- https://www.pennmedicine.org/for-patients-and-visitors/find-a-program-or-service/heart-and-vascular/heart-valve-disease
- Persistent Atrial Fibrillation: Symptoms, Treatment, and Prognosis (healthline.com)
- Postoperative Atrial Fibrillation – PMC (nih.gov)
- Atrial Fibrillation—How Afib Progresses (stopafib.org)
- Heart Valve Disease | Penn Medicine